De los que se negaron a participar en Skyline nos llega una promesa, un futuro lleno de esperanza donde las peliculas y los videojuegos se funden en una masa incorporea de felicidad y plena satisfación en el que poder hablar y discutir sobre la creación.
Nadie sabe qué fué del hombre que se negó a no incluir un mondadientes en el super-robot de Avatar. Sí, hablo que quien dió un puñetazo en la mesa y gritó: - si el ejercito suizo lleva monadientes en sus navajas por mi cojones que un super-robot tiene que llevar el sable primitivo de Sandokan. Ese hombre que oculta su rostro y su nombre para poder llevar una vida normal seguro que haria una reverencia a aquellos que han creado estas promesas:
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